La responsabilidad parental está sujeta a unas reglas de actuación. Por muy bien que se lleven los padres, incluso en los casos en los que conviven y no hay ninguna crisis de pareja, determinados actos requieren el consentimiento de los dos progenitores.

Uno de esos actos es el relativo a los viajes de los menores, solos o acompañados, por uno de los progenitores o por una tercera persona, especialmente cuando dichos viajes implican atravesar fronteras.

En tales casos se precisa una autorización del progenitor que no acompaña al menor, que puede concederse notarialmente.

Preguntas frecuentes
¿Qué documentación se precisa?
El otorgante deberá comparecer en la notaría con su documento de identidad de la UE, tarjeta de residencia española o, alternativamente, si no es español, con su pasaporte. Además deberá facilitar los datos completos del menor y de la persona que va a acompañarlo. Es útil una fotocopia de sus documentos de identidad respectivos. Será conveniente aportar el documento que acredite el ejercicio de la responsabilidad parental sobre el menor.

¿Es imprescindible acreditar el ejercicio de la responsabilidad parental?
No, aunque es conveniente. Si no se acredita en el otorgamiento de la autorización, durante el viaje deberán acompañarse los documentos acreditativos de la responsabilidad parental, normalmente los certificados del Registro civil, relativos al nacimiento del menor o el libro de familia.

¿Se incluyen otras facultades en la autorización para viajar?
Normalmente se incluyen las facultades ordinarias para asistir al menor, como las relativas a cuestiones de salud, pernocta o educación.

¿Debe apostillarse la autorización?
La apostilla del documento dependerá de dónde deba exhibirse. Nunca se apostillará si se ha de exhibir a autoridad española. En los demás casos, normalmente será necesario apostillar o legalizar, en función del país en el que se vaya a hacer valer la autorización.

¿Caducan las autorizaciones para viajar?
Es frecuente concretar el viaje. Si se quieren dar para más tiempo, es conveniente informarse de la antigüedad máxima de la autorización, pues como consecuencia de los supuestos de sustracción internacional de menores, las autorizaciones pueden caducar o someterse a plazos de vigencia distintos, en función del caso concreto.